La historia de la construcción del nuevo Teatro Nacional, llamado después Palacio de Bellas Artes, es compleja y tiene una dinámica singular; dos épocas importantes de la historia de nuestro país la definen: el régimen de Porfirio Diaz y la Revolución Mexicana.
Una de las primeras imágenes del Palacio de Bellas Artes. |
Los trabajos iniciaron en 1904 con el objetivo de terminarlo en 4 años; sin embargo, problemas presupuestales y técnicos fueron demorando su conclusión. Tras el estallido de la revolución en 1910 y el agravamiento de la economía del país, se había terminado hasta esa época casi todo el exterior excepto el recubrimiento de la cúpula.
La idea generalizada de que el Teatro Nacional, en el periodo que va de 1917 a 1929, estuvo en completo abandono es difícil de sostener, pues hubo gran interés para que se terminara, tanto de algunos gobiernos pos-revolucionarios como del publico en general. Ademas, el edificio se usaba muy frecuentemente para celebrar actos importantes de la isa citadina.
Vista actual del Palacio de Bellas Artes. |
A partir de 1930 bajo la presidencia de Pascual Ortiz Rubio, el arquitecto Federico E. Mariscal fue el encargado del proyecto de la conclusión del teatro nacional; sin embargo, no es sino hasta 1932, con el apoyo del secretario de hacienda, Alberto J. Pani, que la obra fue revitalizada con las instrucciones precisas el concebir un edificio"... asiento de una institución nacional de carácter artístico", que albergara varios museos, de ahí que por primera vez en varios años, 30 para ser exactos, se cambiara el nombre del edificio, del Teatro Nacional al Palacio de Bellas Artes. Debido a la fuerte inversión que se requería para acabar el recinto , esta debía responder a una necesidad social y ser de utilidad publica. Así el palacio de Bellas Artes fue concluido por el arquitecto Mariscal 10 de marzo de 1934.
Es un bello lugar donde se pueden disfrutar de todo tipo de eventos culturales. Lo único malo es que la mayoría de estos eventos no sin accesibles para toda la población debido a los precios.
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